domingo, 27 de mayo de 2012

Por qué ser vegetariano - Cosas que deberías saber si amas a los animales


Todos los años, sólo en Estados Unidos se sacrifican más de 25 mil millones de animales para su consumo. La cría en granjas de producción resulta cruel y ecológicamente devastadora.
Vacas, terneros, cerdos, gallinas, pavos, patos, gansos, conejos y otros animales son confinados en pequeñas jaulas muchas veces sin posibilidad de darse vuelta.
Se les priva del ejercicio para que todas las energías del cuerpo conduzcan a producir carne, huevo o leche para el consumo humano, se les alimenta con hormonas de crecimiento para engordarlos más rápido y se les altera genéticamente para que crezcan grandes o produzcan más de lo que la naturaleza originalmente propone.
Dado que el amontonamiento es uno de los principales causantes de enfermedades, los animales en las granjas industriales son alimentados y rociados con grandes cantidades de pesticidas y antibióticos que permanecen en sus cuerpos y que se transmiten a la gente que los consume, creando serios riesgos para la salud.
Las gallinas se dividen en dos grupos: las ponedoras y de engorda. Se colocan de cinco a seis gallinas ponedoras en una jaula de tela metálica de 35 centímetros y éstas son apiladas en varios niveles.
Dado que las gallinas se encuentran en un lugar superpoblado, se mantienen casi en la oscuridad y se les corta el pico con cuchillas candentes, sin anestesia, para evitar que se picoteen entre ellas hasta morir. La tela metálica de las jaulas las despluma, les irrita la piel y las deja lisiadas.
Los animales que más sufren el cruel encierro y las privaciones en las granjas industriales son los novillos, cría macho de las vacas lecheras, criados para el consumo de carne de ternero.
Luego de que se les separa de sus madres tan sólo algunos días posteriores a su nacimiento, se les encadena en establos de 55 centímetros de ancho con pisos de listones que les causan severos dolores en patas y articulaciones.
Dado que la leche de su madre es utilizada para el consumo humano, se les alimenta con un sustituto de la leche que contiene hormonas, pero carece de hierro. Esto les produce una anemia que mantiene su carne tierna y de un color pálido, dejándolos muy débiles. Cuando se sacrifican con sólo 16 semanas de vida, por lo general ya están enfermos o lisiados para caminar. Uno de cada 10 terneros muere en reclusión.
El 90% de todos los cerdos son recluidos en algún momento de sus vidas, y 70% son mantenidos en reclusión permanentemente. A las cerdas se les mantiene preñadas o amamantando continuamente y se enclaustran en estrechos establos de hierro sin que puedan darse vuelta.
Si bien los cerdos son animales tranquilos y sociales por naturaleza, recurren al canibalismo y muerden las colas de los otros cuando están en corrales repletos, además desarrollan conductas neuróticas cuando los aíslan y encierran.
Los “derechos animales” es un término popular empleado para describir a quienes han trascendido una postura del “bienestar animal” (la reducción del sufrimiento más que la abolición de la causa original) hacia una filosofía que, tanto como sea posible en la práctica, busca permitir a los animales que sigan los dictados de la naturaleza libres de la interferencia humana.

Todas las especies, incluyendo la humana, comparten características similares, tales como la capacidad de sentir dolor, miedo y hambre.
La humanidad practica el especismo: discriminación contra los animales simplemente por no ser de nuestra misma especie. El especismo, como el racismo, es irracional y está perpetuado por la ignorancia y ciertas sutiles coacciones.
Los humanos siguen permitiendo el uso de millones de animales para la alimentación; la ciencia, investigación médica; experimentación de medicamentos, productos de limpieza y cosméticos, artículos para el hogar; la agricultura, clonación, xenotrasplantes; para vestir, cuero, lana, seda, y para la diversión, incluyendo mascotas, caza y pesca, carreras de caballos y perros, acuarios, circos, zoológicos y parques safari.
Los animales no son más que meros artículos de consumo, sacrificados y explotados en nombre de las ganancias, la avaricia, el “progreso” y el “entretenimiento”.
Anatómicamente la mano del hombre es prensil para trepar y recolectar frutas, y sus dientes delanteros rectos y molares planos son para cortar vegetales y mascar semillas.
Nutriólogos han comprobado que el ser humano puede vivir perfectamente, y con menor riesgo de enfermedades si es vegetariano en cualquiera de sus modalidades.
Si cada persona tuviera que ir a los mataderos a conseguir su propia carne o si las paredes de los mataderos estuvieran hechas de vidrio, tal vez un gran porcentaje de la población mundial sería vegetariana.

La grandeza de una nación
y su progreso moral pueden medirse
por el trato que reciben sus animales.



Mahatma Gandhi
 
 

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